viernes, 19 de abril de 2013

Atentamente...

¡Levántate! Haz tu rutina. Piensa y cree que eres autosuficiente, vamos hazlo. Es hora de que tomes tus alimentos, si quieres puedes orar antes de comer, es tu decisión. Yo sólo observo.

Ahora sal de tu casa y vuelve a creer que tienes la llave de tu destino. Siéntete orgulloso o cansado, eso es indiferente para mí. No importa. 

¿Ya llegaste a estudiar o a tu trabajo o a donde pases el tiempo? Bueno, si crees que eso merece tu esfuerzo, hazlo. Pon manos a la obra a lo que quieras y con eso conecta tu vida con millones de personas. Todos ustedes son iguales. Otros seres más.

¿Tienes hambre otra vez? Come entonces. Gran parte de tu vida pasas haciendo lo mismo: si no estás comiendo, estás trabajando, o teniendo intimidad, o departiendo, matando, destruyendo, amando, odiando, creyendo, planeando, trascendiendo, a veces perdiendo el tiempo, en fin; tantas cosas que haces y hacen los de tu especie. Yo sólo observo.

Se acerca la tarde ¿qué harás? ¿cómo puedes vivir con tantas emociones? Y cuando me refiero a eso, es porque, en realidad, tu vives pensando en grande, en tener éxito, en el futuro de tu vida. Pero el grande soy yo. Yo soy el antes, el ahora y el después. ¡Controlo todo!

Deseaste el bien, hiciste el mal, compartiste o envidiaste. Todo queda para tus recuerdos o en los de aquellos que recibieron tus emociones. Yo sólo observo.

Llega la noche y te preparas, siempre te veo preparando algo, viviendo para futuro. El porvenir.

A ti: empresario, campesino, doctora, contador, maestro, vago, desempleado, o simplemente ser humano, quiero decirles que todo a su alrededor proviene de mí. Yo sólo observo. 

Vete a dormir, descansa, sueña y espera. O muere. Todos mueren, pero nacen más.

Los veo a todos. Están en mis manos. ¡Y cuanta gracia me da que quieran cuidarme! se creen tan grandes como para pensar que me están matando de a poco, o que puedan salvarme. ¡Ustedes se destruyen!

Yo los he visto nacer, y los veré desaparecer. Con o sin mi, se extinguirán. Yo sólo observo.

Y me fijo especialmente la manera de ensañarse con especies inferiores. Incluso entre ustedes tienen ese hábito desagradable de atacar a un indefenso. Sepan que eso no se quedará así.

Sigan su camino, y vivan mientras se los permita. Sin mi, no son nada. Hoy estoy molesto.

Sueñen lo que quieran.

Atentamente:
El Planeta Tierra


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