sábado, 23 de febrero de 2019
Hoy fallecí en sueños
Hoy se rompió algo.
Desperté como un día más. Me hundí como nunca.
Ya sabía que llegaría el momento de enfrentar la realidad, el minuto exacto en el que no tendría escapatoria. Lo pensé por mucho tiempo, por eso no hay sorpresas.
Hoy se destruyó un destino. No es gratis abrazar una filosofía, pero el costo es lo de menos.
Hoy perdí. Fue la derrota total de un pensamiento.
Nada es para siempre y tampoco se puede tener todo ¡las malditas particularidades de la vida que la hacen ilógica, detestable!
Somos fuego arrasador, pero nos han colocado en una dimensión en la que somos fósforos sin maleza para crear una hoguera.
Hoy fluyeron los sentimientos. Se pueden retener por un tiempo, pero como la indomable naturaleza, llega el día en que rompen las barreras en mil pedazos. Del caos al silencio.
Hoy se borró el camino.
Los ojos perdieron el filtro. Los sujetos perdieron el color.
Pero no me malinterpreten, eso sería peligroso. Es solo un día largo y tedioso, con la particularidad que llegó a su fin aquel afán, aquella cosquilla sentimental por construir algo único. Esa edad ya pasó, como la luz de un día sin mañana.
Hoy morí, pero no en el terreno y en la carne.
Hoy fallecí en sueños.
Etiquetas:
Historias,
inspiración,
muerte,
sentimientos,
sueños,
vida
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario