Los Ángeles, Estados Unidos.
Patt Smear, guitarrista de Nirvana, y un empleado de Gold Mountain Entertainment, empresa del manager de Nirvana, recogieron a Cobain en el aeropuerto de Los Ángeles y lo llevaron al Centro de Recuperación Exodus, en el hospital Daniel Freeman Marina en Marina del Rey, California.
El especialista que atendió a Kurt dijo que lo vio paranoico, con
preocupaciones que no tenían sentido, en síntesis, muy confundido.
Esa tarde tuvo una visita. La niñera le llevó a su hija Frances Bean, de
dos años de edad. El vocalista de Nirvana jugó con ella, pero por momentos
parecía serio y ensimismado. Los primeros efectos de la abstinencia de la
heroína se hicieron sentir.
Fuente: Revista Rolling
Stone / Pure Grunge
31 de marzo 1994
Santa Tecla, El Salvador.
Jueves. Además del rito musical de la mañana y la cotidianidad de la escuela, por la noche sintonizaba “90 minutos de rock”, el único espacio radial que me apasionaba.
Era el día de la semana para ponerme al tanto; esa noche, como muchas,
esperaba alguna noticia de Nirvana, por ejemplo: “¿cuál será el siguiente video
oficial del último disco? ¿van a realizar una nueva gira? ¿cómo seguía la
relación entre Cobain y la banda luego de la gira cancelada en Europa?” siempre
esperaba algo, y al final me quedaba con las ganas de conocer más de mi banda
favorita.
Los 90 minutos de rock pasaban muy rápido y me imaginaba estar en una cabina
de radio, soñaba con tener un espacio similar, fantaseaba con la música que
pondría, los temas de conversación. Fue la primera vez que pensé en dedicarme a
algo que tuviera que ver con mi pasión.
Las noches finalizaban entre pláticas con mi familia, los clásicos temas
de una casa común y corriente, aunque siempre esperaba para un repaso de mis canciones
favoritas; en ese tiempo me gustaban mucho dos del disco In Utero: “Frances
Farmer will have her revenge on Seattle” y “Milk it”.
Continuará.
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