domingo, 24 de marzo de 2013

La "U", la incertidumbre y la evidencia de un futuro periodista

Aquellos tiempos de estudiante, cuando la incertidumbre del futuro se come la belleza del presente. Todo era el por venir, el temor de quedarse a mitad de carrera, la preocupación de adquirir experiencia para que alguna empresa se digne en, al menos, probarte.

Y siempre en el aula había de todo. Aquellos que buscaban el diez a como diera lugar, otros a fuerza de disciplina, y la mayoría esforzándose para sólo mantenerse ciclo tras ciclo.. Yo circulaba entre el esfuerzo máximo y el tratar de mantenerme. Nunca estuve en un sólo puesto: algunas veces me entregaba, otras veces me hizo falta interés.

Por eso cuando leí a Ramón Salaverría, Investigador en Medios Digitales y Director del Departamento de Proyectos Periodísticos de la Universidad deNavarra, España, me quedé sorprendido.
Mucha atención para aquellos que quieren dedicarse al periodismo y le echan ganas en la universidad.

Navara pregunta: ¿Cómo sé si alguien tiene madera de periodista? Me fijo en estos diez rasgos:
  1. Compañero. Circula por ahí la idea de que, para triunfar, el periodista ha de ser un tipo solitario, competitivo, que mira solo por su propio interés. Mi experiencia es diametralmente opuesta: siempre he visto progresar a los más desprendidos y dispuestos a ayudar. No es raro que así ocurra en el periodismo: quien desde joven piensa en otros además de en sí mismo, cuando madure pensará también en lo que necesita el público.
  2. Humilde. Ciertos alumnos llegan a las aulas bastante pagados de sí mismos. Creciditos, le dicen ahora. Mi experiencia es que esos alumnos que creen saberlo todo del periodismo antes de haber pisado una Facultad -ni que decir de una sala de redacción- tienen poco futuro. En cambio, los jóvenes que encaran el aprendizaje con modestia y sencillez, aprenden más rápido y, casi siempre, mejor.
  3. Esforzado. Los periodistas con futuro se revelan muy especialmente por su espíritu de superación y sacrificio. Son jóvenes que no se amilanan ante la primera complicación, que buscan dar siempre más de lo estrictamente exigido, que meten cuantas horas hagan falta. Sin esa perseverancia y disposición al esfuerzo es imposible progresar en un oficio tan sacrificado como el periodismo.
  4. Curioso. Un joven que apunta a periodista tiene siempre los ojos abiertos. No solo ve, mira. No oye, escucha. Está siempre alerta y se interesa por todo lo que le rodea. Especialmente por las noticias, claro.
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  5. Audaz. Un periodista en potencia es alguien que rara vez dice “esto es imposible”. Al contrario, su expresión más común es: “¿Por qué no lo intentamos?”. Y ya se sabe: audaces fortuna iuvat.
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  6. Creativo. Cuando la mayoría de sus compañeros circula por un camino, el que se perfila como gran periodista suele tomar una travesía distinta. Puede incluso que tome la dirección contraria.  En cualquier caso, se caracteriza por una manera propia de ver el mundo, por una voz original.
  7. Participativo. El primero que levanta la mano para preguntar, el primero en ofrecerse voluntario para salir a la pizarra, el primero que manda un mensaje a un foro digital de alumnos… El futuro periodista siempre suele ser el primero en participar en lo que sea. Y si no es el primero en hablar, será el primero en aportar algo al que ya ha hablado.
  8. Puntual. Muchos alumnos suelen andar agobiados por la acumulación de tareas. La incapacidad para gestionar su tiempo les lleva en no pocas ocasiones a entregar los trabajos tarde y mal. Con frecuencia, les pilla el toro y estudian los manuales a partir de resúmenes escritos por otros. ¿Y quiénes son esos otros a quienes les llega el tiempo para todo? Ya lo ha adivinado.
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  9. Voraz. El periodista en potencia lee de todo: desde Guerra y paz hasta los prospectos de las medicinas. Todo le interesa, de todo extrae algún nuevo conocimiento. Cual esponja, absorbe toda la información que halla a su paso. Por eso lee, lee y lee.
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  10. Buena gente. Un gran maestro mío siempre dice que, para que un grupo funcione, debe estar formado por “gente normal”. Con eso quiere decir que, para triunfar, no hacen falta cualidades extraordinarias ni brillanteces rutilantes; lo más importante es actuar con naturalidad y propiciar buen rollo en el entorno. Ser quien uno es y comportarse con respeto. En definitiva, esforzarse por ser buena gente. Seguro que me entiende.
Analiza el texto completo: http://blogs.unir.net/comunicacion/2012/10/02/como-se-si-tienes-madera-de-periodista/

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