miércoles, 27 de marzo de 2013

Como un divorcio

Recorrí la costa salvadoreña y lo único que tenía en mente era la ruptura.
La mañana se fue en pensamientos de toda una relación, como si me atacaran para hacerme sentir culpable.
Todo el trabajo y toda la rutina estaban infectadas de ti y no había medicina para curarme, y por momentos no quería la cura, porque tenía la idea de mantenerte en mi pensamiento para adaptarme a tu pérdida.

Hoy estuve en la costa salvadoreña, pero el paisaje no me inspiró nada.
Mientras regresaba a la capital, en el auto, encendí un cigarro buscando calmarme.
Sonaba una canción de Creed, a la que nunca le he puesto la atención debida.
Las bocanadas de humo eran sin sentido. No encontraba nada, hasta que vi lo siguiente:



Fue lo único que me inspiró. Terminé el cigarrillo y así como estaba el cielo, así estaba mi alma.
Las nubes ganando terreno y una luz que se resistía a desaparecer. Un amor, una costumbre, una dependencia llegaba a su fin, junto con la insoportable sensación de vacío.
Cerré mis ojos, y no pensé en nada, sólo en el cielo. Y me quedo a la espera de un nuevo sol.

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