domingo, 5 de abril de 2015

El plan fallido

El plan se engendró y la felicidad pintó el horizonte.
La máquina engrasada, el trabajo diario, el futuro cercano.
Eras tu y nadie más, tu figura, tu ser, mi objetivo.
Esa noche de esperanza, con un plan bajo la manga, dormí a mis anchas.

Pero el destino reprobó la opción.
Y la danza de evidencias comenzó.
Te convertiste en la destructora, no por vocación, sino por temor.
Impulsada por la justicia, abrazaste el destino y asesinaste mis sentidos.

Pasaron los años y la guerra era diaria.
La máquina engrasada siguiendo el plan.
Y la espada de tu orgullo en defensa personal.
La evidente agonía lastimaba.

Te defendiste de las deficiencias de mi plan.
El destino no falló, te abrazó, te sanó.
La justicia te exaltó, en cambio a mi, me desnudó.
Quedaste libre para buscar la felicidad.

Tus lágrimas serán vengadas y alguien las convertirá en sonrisas,
Dios y el destino te preparan días para adorar.
Tu silencio será amado por alguien. 
Tu simpleza será el sol de tu amante.

Y con mi plan fallido camino en la oscuridad.
Todo lo imaginado se perdió en lamentos.
Fallé y el destino se encargó de eso.
Solo espero ver la luz, en otro rostro, en otro tiempo.