viernes, 9 de agosto de 2013

Más allá de la alta montaña

Nunca será suficiente, aunque busquemos con afán sintonizarnos en la vida.
Con sudor y esfuerzo caminamos, para merecer éxito.
Aceleramos el paso para un mejor porvenir. La obsesión a nuestros ideales.

Los objetivos se pintan en la montaña. Escalamos con los años, anhelamos cada día y definimos lo que nuestro corazón nos dicta.

Y cada etapa pasa en medio de una lucha para ser feliz. ¡Ser feliz!
Los senderos de la montaña se acortan cada vez que vivimos diez años más.
Entonces imaginamos llegar a la cima. Todo lo que gira alrededor esperamos que se sintonice con nuestro esfuerzo, porque merecemos lo mejor, nos unimos, nos abrazamos o nos separamos, porque el día no alcanza si la felicidad es la meta.

Respiramos, sudamos, amamos y, al mismo tiempo, nos endurecemos de corazón.Todo en un círculo vicioso mientras seguimos camino arriba.

El viento de la edad sopla, los engendros de nuestra pasión cantan a la vida, mientras nuestra melodía baja el volumen. Nos acercamos a nuestro meta: la cima de la existencia.

Con el engaño de la experiencia, tomamos nuestro lugar en la parte más alta de la montaña. Nos enseñaron que este momento era la cumbre. Nos mintieron.

Vemos alrededor que hay otros valles, muchos bosques y un cielo infinito que rompe con nuestros esquemas. Vimos la cima como el fin de la vida misma, pero la altura nos decepciona. En la vejez resumimos y aprendemos a encontrar el sentido. Nos urge acomodarnos. Lo necesitamos.

Pero más allá de la alta montaña ¿aspiramos a algo más?

Nunca será suficiente. No con sangre, carne y una mente. Entonces aceptamos la derrota, abrazamos la muerte y esperamos encontrar en un lugar lejano, la paz y felicidad que nos enseñaron a buscar.

Parado ante la inmensidad, pienso: si tan sólo pudiera volver al pasado. Si tuviera la oportunidad de regresar. De comenzar el camino nuevamente. Hubiera traspasado con la visión los cerros, respirado plenamente, enamorado a largas pausas y dormido en cada sombra del camino.

Pero no puedo.



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