martes, 5 de enero de 2021

¿Qué tal un trío?

No es posible una sola belleza en un mundo que encierra lindas y coloridas mujeres. Civilizarnos nos obligó a establecernos con una sola belleza, aunque carnalmente tenemos la opción de observar y proceder a otros amores. Es cuestión de valores, dirán algunos; es natural, diremos otros, pero el punto es ¿por qué debe ser así?

¿El amor le gana a la pasión? ¿La vida en matrimonio es mucho más atractiva que una vida libre de contratos? ¿Por qué vemos mal la promiscuidad y alabamos la virginidad? ¿Por qué un hombre no se lo piensa mucho para perder la virginidad y una mujer sí?

¿Quién o quiénes establecieron estos valores que solamente causan confusión en los seres humanos?

El amor dura poco más poco menos, luego hay una especie de confianza, cariño y costumbre que puede mantener en el tiempo a dos seres humanos. ¿Por qué no a tres, cuatro o cinco?

Casi siempre las bodas deben llevar firmas y contratos. Hay personas que se casan ante un abogado, un par de firmas y se acabó. ¿Por qué? ¿Por los bienes que se van a repartir la "familia" cuando uno de los dos muera? ¿Eso es amor? A mi qué me importa quién se quede con mis cosas cuando muera. Estaré en una dimensión mucho más interesante.

¿Hasta que la muerte los separe? ¡Ni siquiera lo cumplen! muchos se divorcian porque les gustan otras mujeres u hombres y viven pasiones mucho más trascendentales. Así de claro. ¿Para qué hacer fiesta de boda e invitar a gente que solo llegará por la comida y el alcohol? Es una norma decadente, una evidencia de que nos equivocamos como seres humanos. Pero algunas voces dirán: "Hay parejas que perduraron 20, 30 ó 40 años". Habrá que indagar cuántos amantes quedaron grabados en esas carnes, todo en silencio durante los 20, 30 ó 40 años.

Y siempre se debe contar con una bendición: de la abuelita católica, del papá autoritario, de cualquiera; ah, y por supuesto, con la bendición de un señor llamado socialmente "sacerdote", que no sabemos cómo está su fe en Dios, que no sabemos si es pederasta o mentiroso. A fuerza tenemos que confiar que es una persona correcta. Acepto a un perfecto pecador que asume su rol a un cristiano mentiroso y orgulloso.

Y todo el montón de rituales para celebrar el inicio de una relación impuesta por la civilización. ¿Por qué no hay bodas masivas en donde se aceptan tres hombres con cinco mujeres? Al menos sería más divertido en lo pasional, dudo mucho en el entendimiento sentimental; pero bueno, no somos perfectos.

La pregunta es ¿Por qué?

Y no solo es el sentido del ser o por qué estamos en la Tierra, también hay que interrogar todo lo que nos muestran. ¿Por qué tal producto es bueno? ¿Hemos tenido la oportunidad de comprobarlo? NO y aún así lo consumimos y enriquecemos a muchos imbéciles que no lo probarían nunca. Haga usted la conclusión de esos productos y sus creadores.

El problema es que ya nos acostumbraron a una vida en la que andar interrogando se vuelve cansado y fastidioso. Ya nos moldearon. Ya nos domesticaron. Este ser de carne y hueso, con un cuerpo hecho a la medida para dar y recibir placer y otros tantos sentimientos; con un cerebro que es una obra de arte, está atrapado. Este ser no puede sacar su potencial. Le cercenaron el poder de su naturaleza conflictiva, pasional, libre, sentimental y oscura.

Pasamos de ser lobos a perros encadenados. Qué lástima.

Ahora solo queda sentarse a ver el show y hacerse el pendejo.  

   

Los días negros







Borroso, confuso, melancólico, nunca el alma se había sentido tan liviana por el dolor. En los días oscuros la vida no tiene sentido alguno; y tratar de encontrarlo, es una tarea triste, cansada y devastadora.

Los primeros momentos de la fiesta siempre son los mejores ¡la euforia es adictiva! la supuesta hermandad se siente bien. Si ese círculo de éxtasis se repitiera por la eternidad, nadie quisiera volver a la normalidad. Pero conforme avanza el carnaval de excesos, todo cambia. Mi mente muta y aparece otro ser mucho más fuerte, quizás uno de los más elocuentes, manipuladores y encantadoramente mentirosos de la historia. Mi álter ego es aterrador.

Cuando todo termina y la danza del otro yo se apaga, el vacío embarga a tal punto de ahogarte en tu propio lamento. Todo sabe a nada en los días oscuros.

Y entonces miras a la gente continuando con sus vidas como cada día. En medio de ellos, me toca contener toda la tristeza, tratar de hilar ideas lógicas, buscar un tema que compartir. Y simplemente no se puede, no se puede. Solo puedo mostrar una media sonrisa, un asentir sin sentido y una mirada perdida.

Si los que están a mi lado sintieran solo por unos minutos el inmenso vacío y la melancolía, entenderían un poco. Ni siquiera me calma el hecho de que otras personas están en peor situación, porque hasta para sufrir soy egoista.

Las lágrimas no son suficientes cuando se quiebra tu camino, cuando te das cuenta hasta que punto de maldad y mentira puedes llegar a inflingir. En ese punto no hay retorno. Nunca.

Y tomo medicinas, escucho consejos, me abrazan, me quieren, tratan de ayudarme... cualquiera podría levantarse rápido. Pero con la plena conciencia de que hay un álter ego opuesto, simplemente todo lo que puedo hacer tiene un límite. Y lo acepto: soy un ladrón de sentimientos, un mentiroso y un aterrado en los días oscuros. 

Esos malditos días que me acompañan desde que nací.