domingo, 9 de junio de 2019

Soy testigo de tus muertos


No quiero los soles de tu devoción
Ni los ídolos hipócritas de tu adoración
De tus besos escapo y de tu seno me escondo

No he crecido en tus parajes
No soy labrado en religiones y majestades
No tengo tus colores y pasiones

Con cara a tus siervos pero con corazón escondido
Camino y soy testigo
No tienes héroes ni mártires, solo muertos y olvidos

Exaltas tu sangre, la sangre cobarde
Tus siglos te condenan como alma errante
Tus senderos opacos, cínicos y lamentables

Nunca serás un puño que incite
Ni una tormenta que lave
No tienes llamas en vientos arrasantes

Eres del día a día, sin registros
Un teatro de mentiras
Un cúmulo de penas que abandona y asesina

Estás hecha de legado maldito
De reyes antiguos y despiadados
Enferman tu tierra, contaminan tu circo

Que los años se apiaden
Que tus tierras renazcan
Hasta ese día, eres prisión que desgasta


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